Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://zoyadjpr985334.blognody.com/44502230/crónica-del-incidente-zidane-materazzi